CODEPINK'S Latin America team sent a letter to the OAS Secretary General Luis Almagro requesting a meeting to discuss the removal of the statue of Queen Isabella from the entrance to the OAS.
Organization of American States
17th St and Constitution Ave NW
Washington DC 20006-4499
Dear Secretary General Luis Almagro,
We are writing to urge that the Organization of American States remove the statue of Queen Isabella of Spain that stands in front of the OAS headquarters in Washington.
This statue was a gift from the fascist Spanish regime of General Francisco Franco in 1966. General Franco clearly looked to Queen Isabella as the embodiment of his own ideals, and of the right of Christian Europeans to rule as dictators over other peoples. But Franco’s brutal dictatorship of nearly 40 years was only a postscript to the centuries-long holocaust that Queen Isabella unleashed on the people of the Americas.
From the very first contact between Queen Isabella’s expeditionary forces and the Indigenous Taino people they encountered in the Caribbean in 1492, Spain’s purpose was to conquer and enslave them, and to seize their gold and anything else of material value that they possessed. Encouraged by the plunder her forces returned to lay at her feet, Queen Isabella quickly sent larger fleets and armies to expand her conquest and colonization of the Americas.
The Tainos were just one of thousands of diverse peoples, each with their own culture and language, that had lived in the Americas since time immemorial. But by 1550, almost the entire population of a million Tainos were wiped out by violence, slavery and disease spread by their European conquerors. Scholars now believe that the population of the Americas in 1491 was about 145 million, and that the European genocide wiped out at least 90% of that population within 200 years, including the near-extermination of peoples like the Tainos.
Queen Isabella’s actions would later lead to the development of the transatlantic slave trade, where 12.5 million Africans were ripped from their homes, forced to undertake a perilous overseas journey and then generated massive wealth for their captors. Their descendants faced brutality and horrors for generations, while continuing to provide Europe with countless riches.
Today, the people of the Americas are trying to learn more about our history and make amends for the wrongdoings of those ancestors who invaded, colonized and enslaved people in the Americas. Monuments to past conquests are being torn down across the Americas. After being glorified for centuries as a symbol of European superiority, these statues are now seen as a symbol of repression that are particularly hurtful and insulting.
In Bolivia, Colombia, Argentina, Venezuela and Chile, statues of Columbus and Isabella have been splattered with blood, dressed up as Indigenous leaders, and/or torn down. In Mexico City, a prominent statue of Columbus was removed in 2020, and the city announced that a beautiful pre-Columbian statue of an Indigenous woman, known as the Young Woman of Amajac, will replace it on the city’s Paseo de la Reforma. In the United States, a statue of Isabella and Columbus that stood in the rotunda of the State Capitol of California in Sacramento since 1883 was removed in 2020.
Removing the statue of Queen Isabella from the headquarters of the Organization of American States would be an acknowledgment by the OAS that it is committed to representing and respecting all the peoples of the hemisphere. That must include the peoples who have survived 500 years of colonialism, genocide and slavery, all of which resulted from the conquests launched by Queen Isabella in 1492.
Sincerely,
Medea Benjamin, Leonardo Flores, Michelle Ellner and Teri Mattson
Latin America Team, CODEPINK
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Secretario General Luis Almagro,
Le escribimos para instar a la Organización de Estados Americanos a que retire la estatua de la Reina Isabel de España que se encuentra frente a la sede de la OEA en Washington.
Esta estatua fue un regalo del régimen fascista español del general Francisco Franco en 1966. El general Franco veía a la reina Isabel como la encarnación de sus propios ideales, incluyendo el derecho de los europeos cristianos de gobernar como dictadores sobre otros pueblos. Pero la brutal dictadura de casi 40 años de Franco fue sólo un epílogo de los siglos de holocausto que la reina Isabel desató sobre los pueblos de América.
Desde el primer contacto entre las fuerzas expedicionarias de la reina Isabel y los indígenas taínos que encontraron en el Caribe en 1492, el propósito de España fue conquistarlos y esclavizarlos, y apoderarse de su oro y de cualquier otra cosa de valor material que poseyeran. Alentada por el botín que sus tropas volvieron a poner a sus pies, la reina Isabel envió rápidamente flotas y ejércitos más grandes para ampliar su conquista y la colonización de las Américas.
Los taínos fueron uno entre los miles y diversos pueblos nativos, cada uno con su propia cultura y lengua, que habían vivido en América desde tiempos inmemoriales. Pero en 1550, casi toda la población de un millón de taínos fue aniquilada por la violencia, la esclavitud y las enfermedades propagadas por sus conquistadores europeos. Los estudiosos creen ahora que la población de las Américas en 1491 era de unos 145 millones, y que el genocidio europeo acabó con al menos el 90% de esa población en 200 años, incluyendo la casi total exterminación de pueblos enteros como los taínos.
Las acciones de la reina Isabel conducirían más tarde al desarrollo del comercio transatlántico de esclavos, en el que 12,5 millones de africanos fueron arrancados de sus hogares, obligados a emprender un peligroso viaje ultramarino y luego generar una enorme riqueza a sus captores. Sus descendientes enfrentaron también brutalidad y horrores durante generaciones, mientras seguían proporcionando a Europa innumerables riquezas.
Hoy en día, estamos tratando de conocer mejor nuestra historia y de reparar los errores de aquellos antepasados que invadieron y colonizaron los pueblos de las Américas. Los monumentos y tributos a la conquista del pasado están siendo derribados en toda América. Después de haber sido glorificadas durante siglos como símbolo de la superioridad europea, estas estatuas se ven ahora, y con razón, como símbolos de represión que resultan especialmente hirientes e insultantes.
En países como Bolivia, Colombia, Argentina, Venezuela y Chile las estatuas de Colón y de la reina Isabel han sido salpicadas de sangre, disfrazadas de líderes indígenas y/o derribadas. En Ciudad de México, una prominente estatua de Colón fue retirada en 2020, y la ciudad anunció que una hermosa estatua precolombina de una mujer indígena, conocida como la Joven de Amajac, la sustituirá en el Paseo de la Reforma de la ciudad. En Estados Unidos, una estatua de Isabel y Colón que se encontraba desde 1883 en la rotonda del Capitolio Estatal de California en Sacramento, fue retirada en 2020.
Retirar la estatua de la reina Isabel de la sede de la Organización de Estados Americanos sería una muestra del compromiso de la OEA de representar y respetar a todos los pueblos del hemisferio. Eso debe incluir a los pueblos que han sobrevivido 500 años de colonialismo, genocidio y esclavitud, todo ello resultado de las conquistas lanzadas por la reina Isabel en 1492.
Atentamente,