Letter to Biden: Reverse Trump’s harmful Cuba policies!
We invite you to join our campaign to demand that President Biden lift Cuba's designation as a State Sponsor of Terrorism. Your support means including your organization in the letter to Biden (see below) and a commitment to promote, share and publicize the campaign and, if possible, participate in face-to-face mobilizations. Please fill out this form to let us know if your organization would like to endorse the campaign. We would love to have your support and participation.
Spanish:
Te invitamos a unirte a nuestra campaña para exigir al presidente Biden que levante la designación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo. Tu apoyo implica incluir a tu organización en la carta a Biden (ver abajo) y un compromiso de promover, compartir y publicitar la campaña y, si es posible, participar en movilizaciones presenciales. Por favor, llena este formulario para hacernos saber si su organización desea respaldar la campaña. Nos encantaría contar con su apoyo y participación.
Read organizational letter to Biden in English
President Biden,
We, the undersigned organizations, are concerned that your policies toward Cuba, which have been more aligned with those of President Trump than President Obama, are hurting the well-being of the Cuban people and run counter to the will of the majority of U.S. citizens. While we applaud your recent policy announcement, which, if executed properly, will help ease travel restrictions and help Cuban-Americans connect with their families, there is more you can do. An important policy change that we urge you to take immediately is to remove Cuba from the list of State Sponsors of Terrorism (SSOT).
As you are aware, in the last days of the outgoing Trump administration, then Secretary of State Mike Pompeo added Cuba back onto the terrorist list, from where it had just been removed in 2015 by the Obama-Biden administration. After a significant review, the Obama-Biden White House certified that “(i) the Government of Cuba has not provided any support for international terrorism during the preceding 6-month period; and (ii) the Government of Cuba has provided assurances that it will not support acts of international terrorism in the future.”
The re-designation of Cuba to the list was purportedly “for acts of international terrorism in granting safe harbor to terrorists,” referring to members of the Colombia rebel group ELN. But the ELN representatives were in Cuba as part of an internationally recognized process of peace negotiations, similar to the one Cuba hosted with the FARC, which was supported by the United States, Norway, Colombia and other nations. In addition, President-Elect Gustavo Petro of Colombia just announced that he would be asking Cuba to serve as the host country again of peace talks with the ELN and the Colombian government, erasing any lingering concern or justification that the United States may have of Cuba’s role as anything but a guarantor country for peaceful dialogue.
By being on the terrorist list, Cuba is subjected to a series of sanctions and international financial restrictions that limit Cuba’s ability to carry out critical financial transactions, including those needed to advance its efforts to combat the pandemic. The economic deprivations to which U.S. sanctions contribute have resulted in the mass migration of Cubans, which is currently a major challenge to U.S. interests in border security, as well as causing a humanitarian crisis for the same Cuban people that your administration claims to support. Since October 2021, more than 78,000 Cubans have been apprehended at the border, the highest number since 1980.
Removing Cuba from the list would facilitate Cuba’s ability to access critical foreign assistance and humanitarian aid. It would also make it easier for Cuba to distribute its COVID-19 vaccine globally at little to no cost, particularly in under-vaccinated parts of the world.
When the Obama-Biden Administration certified the removal of Cuba from the list in 2015, the White House you served in as Vice-President stated that the United States would “continue to have differences with the Cuban government, but our concerns over a wide range of Cuba’s policies and actions fall outside the criteria that is relevant to whether to rescind Cuba’s designation as a State Sponsor of Terrorism.” We believe the same situation exists today. The United States does have clear differences with the Cuban government - as they do with many governments - but we also have both national and international interests in supporting global pandemic coordination and to mitigate Cuba's humanitarian crisis that is causing tens of thousands of Cubans to seek dangerous passage to the United States.
At the beginning of your term, you stated that Cuba’s designation on the SSOT list was under review. Given that removal from the list requires an inquiry into any terrorism-sponsored activity before providing a rescission request to Congress, we request that your administration immediately complete that review and initiate proceedings to remove Cuba from the list. Such a move will advance legitimate U.S. security and humanitarian interests and help the future of the Cuban people.
Lea en español la carta a Biden por parte de organizaciones
Presidente Biden,
Las organizaciones firmantes estamos preocupadas por sus políticas hacia Cuba. Estas políticas que están más alineadas con las del Presidente Trump que con las del Presidente Obama, están perjudicando el bienestar del pueblo cubano y van en contra de la voluntad de la mayoría de los ciudadanos estadounidenses. Aunque aplaudimos su reciente anuncio de política, que, ejecutado correctamente, ayudará a aliviar las restricciones de viaje y a que los cubano-americanos puedan conectarse con sus familias, hay más que puede hacer. Un cambio importante de política que le instamos adoptar inmediatamente es eliminar a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo (SSOT).
Como usted sabe, en los últimos días de la administración saliente de Trump, el entonces secretario de Estado Mike Pompeo volvió a añadir a Cuba a la lista de terroristas, de la que acababa de ser retirada en 2015 por la administración Obama-Biden. Tras una importante revisión, la Casa Blanca de Obama-Biden certificó que "(i) el Gobierno de Cuba no ha proporcionado ningún apoyo al terrorismo internacional durante el período de seis meses precedente; y (ii) el Gobierno de Cuba ha dado garantías de que no apoyará actos de terrorismo internacional en el futuro."
La nueva designación de Cuba en la lista fue supuestamente "por actos de terrorismo internacional al conceder refugio a terroristas", en referencia a los miembros del grupo rebelde colombiano ELN. Pero los representantes del ELN se encontraban en Cuba como parte de un proceso de negociaciones de paz reconocido internacionalmente, similar al que Cuba acogió con las FARC, que fue apoyado por Estados Unidos, Noruega, Colombia y otras naciones. Además, el presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, acaba de anunciar que pedirá a Cuba que vuelva a ser el país anfitrión de las conversaciones de paz con el ELN y el gobierno colombiano, lo que borra cualquier preocupación o justificación que pueda tener Estados Unidos sobre el papel de Cuba como algo más que un país garante del diálogo pacífico.
Al estar en la lista de terroristas, Cuba está sometida a una serie de sanciones y restricciones financieras internacionales que limitan la capacidad de Cuba para realizar transacciones financieras críticas, incluyendo las necesarias para avanzar en sus esfuerzos para combatir la pandemia. Las privaciones económicas a las que contribuyen las sanciones de Estados Unidos han dado lugar a la migración masiva de cubanos, que actualmente es un gran desafío para los intereses de Estados Unidos en materia de seguridad fronteriza, además de causar una crisis humanitaria para el mismo pueblo cubano que su administración dice apoyar. Desde octubre de 2021, más de 78.000 cubanos han sido detenidos en la frontera, el número más alto desde 1980.
Al eliminar a Cuba de la lista le facilita la capacidad para acceder a la asistencia extranjera crítica y a la ayuda humanitaria. También facilitaría que Cuba distribuyera su vacuna COVID-19 en todo el mundo con un coste mínimo o nulo, especialmente en las zonas del mundo que no están suficientemente vacunadas.
Cuando la Administración Obama-Biden certificó la eliminación de Cuba de la lista en 2015, la Casa Blanca en la que usted sirvió como vicepresidente declaró que Estados Unidos "seguiría teniendo diferencias con el gobierno cubano, pero nuestras preocupaciones sobre una amplia gama de políticas y acciones de Cuba quedan fuera de los criterios que son relevantes para decidir si se rescinde la designación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo." Creemos que la misma situación existe hoy en día. Estados Unidos tiene claras diferencias con el gobierno cubano -como con muchos gobiernos-, pero también tenemos intereses nacionales e internacionales en apoyar la coordinación global de la pandemia y en mitigar la crisis humanitaria de Cuba que está provocando que decenas de miles de cubanos busquen un paso peligroso hacia Estados Unidos.
Al principio de su mandato, usted declaró que la designación de Cuba en la lista SSOT estaba siendo revisada. Dado que la eliminación de la lista requiere una investigación sobre cualquier actividad patrocinada por el terrorismo antes de presentar una solicitud de rescisión al Congreso, solicitamos que su administración complete inmediatamente esa revisión e inicie los procedimientos para eliminar a Cuba de la lista. Esta medida promoverá los legítimos intereses humanitarios y de seguridad de Estados Unidos y ayudará al futuro del pueblo cubano.
Sinceramente,